¿Cómo y darte cuenta de que tu startup no va a tener éxito?
Esta es una de las grandes preguntas a las que todo emprendedor se puede enfrentar alguna vez. Iniciador Madrid contó con Rufo de la Rosa en un evento celebrado en la EOI el pasado jueves 14 de enero para conocer y aprender de su historia.
Rufo, que actualmente está trabajando en Google, intentó crear su propia empresa hace unos años y fracasó. A pesar de poner mucho empeño, sortear numerosas dificultades, llegó un momento en el que tuvo que cerrar. Iniciador Madrid ha querido contar con él para que nos cuente su experiencia y explique cómo saber en qué momento es bueno parar tu aventura emprendedora.
Durante más de una hora Rufo explicó a las 60 personas que asistieron porqué decidió emprender, qué pasos siguió para crear su empresa, cuándo y cómo se dio cuenta de que no iba a tener éxito y de que tenía que abandonar esa idea a pesar de haber recibido numerosos premios.
Rufo estudió Derecho y Empresariales, consiguió un trabajo en banca, en el que ganaba dinero pero no era feliz. Ante esa frustración decidió abandonarlo. Gracias a un máster se fue a Hong Kong, donde descubrió lo que era el emprendimiento. Realizó las prácticas en Uruguay, en una empresa relacionada con los medios y la televisión, que quería adaptarse a internet. Gracias a esta experiencia, le llamó la atención el hecho de crear una empresa online.
Cuando volvió a España, decidió crear su propia empresa, ya que tal y como comentó en el evento, para emprender lo único que necesitas es tener una idea y ser capaz de ponerla en práctica.
Su idea fue crear una red social en la cual la gente pudiese compartir, descubrir y opinar sobre diversos productos que se podrían comprar online, como ropa, artículos deportivos o electrónicos. Rufo contactó con un desarrollador y un diseñador web para colaborar. Con esa idea se presentaron a un concurso organizado por Wayra, que seleccionó su idea, premiándola con 40.000€ y dándole la posibilidad de trabajar con ellos en sus oficinas de Barcelona.
Una vez en Barcelona comenzaron a desarrollar su idea inicial y a contactar con empresas que pudieran estar interesadas en entrar en la plataforma. No obstante, empezaron a tener problemas, puesto que el diseñador web decidió apartarse del proyecto porque no se sentía parte del mismo.
Rufo enfatizó en que es frecuente que a lo largo de este tipo de proyectos surjan roces, problemas y disputas entre los socios y que hay que saber responder ante estos problemas. En su caso, tras la marcha del diseñador, contactaron con una nueva empresa de diseño web que terminó el trabajo de diseño de la aplicación. Poco después presentaron su idea a un nuevo concurso, y también resultaron vencedores. Justo cuando parecía que ese proyecto despegaba, el desarrollador web les demandó pidiendo 50.000€, que no podían pagar.
Aquello fue un nuevo obstáculo que trataron de sortear, pero no lo dudaron y siguieron contactando con marcas que pudieran estar interesadas en su idea. Varias empresas importantes aceptaron, así que esto dio ánimos a Rufo y su aplicación. Como él mismo afirmó durante su ponencia: “Emprender es una montaña rusa, porque puedes empezar un día comiéndote el mundo y por la noche sabiendo que vas a tener que cerrar”.
Fueron desarrollando la aplicación y cuando ya tenían la beta casi terminada, se acabó el programa de ayuda de Wayra. En ese momento se dieron cuenta de que, en realidad, estaban todavía bastante lejos de acabar de desarrollar su idea y seguían necesitando financiación. Por mucho que otras empresas les hubiesen mostrado su apoyo y colaboración o hubiesen ganado algunos concursos no tenían nada realmente.
Al quedarse sin la financiación que les ofreció Wayra, buscaron nuevas fuentes de financiación. Y encontraron a ENISA. Ante esa nueva oportunidad, Rufo decidió evaluar el futuro de su proyecto. Al analizar la situación se dio cuenta de que la posibilidad de sacar esa idea adelante era muy remota, ya que tenían muchos problemas. Había cuestiones legales por resolver con el desarrollador web, no habían comprobado el modelo de negocio y no sabrían si podrían devolver el préstamo a ENISA, se enfrentaban a competidores mejor financiados y todavía no habían desarrollado una estrategia respecto a los móviles. A todo esto había que sumar que el entorno empezaba a desconfiar de ellos, ya que tal y como explicó Rufo: “Si empiezas un proyecto así creas unas expectativas, aún sin quererlo. Y si al cabo de un tiempo no has logrado nada, el entorno perderá la fe en ti”. Estas expectativas en el entorno es algo común a lo que muchos emprendedores tienen que hacer frente.
Tras analizar la situación, Rufo se dio cuenta de que continuar con esa idea era por una cuestión de orgullo y no porque hubiera una opción real de sacar esa empresa adelante. Esta reflexión es algo a lo que muchos emprendedores deben hacer frente. Asumió que aquello no podía tener éxito y tomó la decisión de cerrar.
Rufo de la Rosa afirmó que abandonar fue una decisión muy dura, pero que fue la mejor posible y no se arrepiente de haberla tomado.
Tras la ponencia, los asistentes pudieron realizar preguntas a Rufo y más tarde se realizaron actividades de networking en un bar cercano, como es tradición habitual en los eventos de Iniciador.